• febrero 1, 2025

PUEBLOS Y CIUDADES FANTASMA 

Por Aaron Femett 

Hay lugares turísticos que atraen a las personas por características inusuales que terminan distinguiéndolos de los demás, como ejemplo están estos territorios abandonados por habitantes. 


Kayakoy, Turquía 

Al suroeste de Turquía se encuentra el pequeño pueblo de Kayakoy, antes conocido como Livissi. Éste fue completamente evacuado y abandonado hace más de noventa años como resultado de la guerra grecco-turca en 1919-1922. En la década de los cincuenta el gobierno turco intentó habitarlo de nuevo con los turcos deportados de Grecia. Sin éxito, se decidió vender el techo de teja de las casas. 

Islas de Hashima, Japón  

Esta isla es una de las más de 500 en la prefectura de Nagasaki en Japón. Durante el siglo XX, esta isla con tan solo 480×150 metros, acuñó una ciudad de más de 5 mil habitantes. Hashima se convirtió en una de las ciudades con mayor densidad poblacional de su época e incluso sobrevivió a los estragos de la segunda guerra mundial. Sin embargo, en 1974 la mina de carbón que sostenía su economía anunció su cierre. Poco después de cuatro meses se convirtió en una ciudad “fantasma”. 

Bodie, Estados Unidos

Bodie es un distrito histórico conocido como pueblo “fantasma” en California, EEUU. El despoblado fue fundado en la década de 1850 tras el hallazgo de oro en la región y creció hasta tener más de 10 mil habitantes y 200 edificios. No fue hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial que las minas de oro se agotaron provocando la migración de habitantes. 

Kolmanskop, Namibia

Al suroeste de Namibia existe un pueblo “fantasma” conocido como Kolmanskop. Este sitio fue fundado, desarrollado, exportado y abandonado en tan solo 9 años. Kolmanskop fue fundado en 1908 por el éxito de la minería de diamantes de la región. 

Centralia, Estados Unidos 

No todos los pueblos “fantasmas” son consecuencias de los factores económicos o conflictos armados, como es el caso de Centralia en Pensilvania, Estados Unidos. El declive se debió a un incendio subterráneo que afectó las minas de carbón, fuente económica principal de la ciudad. El fuego en las minas no ha podido ser apagado y se estima que exista suficiente carbón para seguir ardiendo por los próximos 250 años. 

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