RJUKAN, EL PUEBLO QUE DESAFIÓ LA SOMBRA CON INGENIO SOLAR
Rjukan, un pequeño pueblo en Noruega, es conocido por su ingeniosa solución a un desafío natural único: la falta de luz solar directa durante gran parte del año. Situado en un profundo valle rodeado de montañas, este pintoresco lugar permanece en penumbra desde finales de septiembre hasta marzo. Sin embargo, en 2013, un innovador proyecto trajo la luz solar al corazón del pueblo, gracias a enormes espejos montados en las alturas.
Fundado a principios del siglo XX por el empresario industrial Sam Eyde, Rjukan se construyó para aprovechar la energía hidroeléctrica de la cercana cascada Rjukanfossen. Aunque la ubicación era perfecta para la industria, la geografía del lugar significaba que el sol quedaba bloqueado por las montañas durante seis meses al año. Esto generaba una sensación de aislamiento para los habitantes, que vivían bajo cielos oscuros incluso en días despejados.
Inspirados en una idea propuesta un siglo antes por el propio Sam Eyde, se desarrolló un proyecto para instalar espejos gigantes en la ladera de la montaña. Estos espejos, conocidos como «heliostatos», son controlados por computadoras y se mueven para seguir el recorrido del sol. Al reflejar la luz hacia una plaza en el centro del pueblo, los espejos permiten que los residentes disfruten del sol incluso durante los meses más oscuros del año.
El sistema de espejos fue inaugurado en octubre de 2013. Con un tamaño de 17 metros cuadrados cada uno, los tres heliostatos instalados a 450 metros sobre el nivel del valle proporcionan una iluminación equivalente a la de un día soleado en invierno. El resultado es una plaza bañada en luz que se ha convertido en un punto de encuentro y un símbolo del ingenio de la comunidad.
El proyecto de los espejos no solo mejoró la calidad de vida de los residentes, sino que también convirtió a Rjukan en un destino turístico. Visitantes de todo el mundo acuden al pueblo para experimentar el fenómeno y aprender sobre esta solución única a un problema geográfico.
