• abril 17, 2025

EL OSO PARDO MEXICANO: LAS DOLOROSAS RAZONES DE SU EXTINCIÓN 

 El oso pardo mexicano (Ursus arctos nelsoni) fue una subespecie del oso pardo que habitó en el norte de México, especialmente en las sierras de Chihuahua y Sonora. Considerado uno de los mamíferos más grandes que habitaban el país, este oso desempeñó un papel crucial en el ecosistema, regulando las poblaciones de otras especies y contribuyendo a la biodiversidad del territorio.

El oso pardo mexicano era un animal imponente, con un peso que oscilaba entre los 250 y 300 kg. Su pelaje era espeso y de tonalidades marrón oscuro, lo que le permitía camuflarse entre la vegetación de alta montaña. Prefería los bosques templados y las zonas montañosas, donde podía encontrar una amplia variedad de alimento, que incluía frutos, raíces, insectos y pequeños mamíferos.

Lamentablemente, la presión humana fue un factor determinante en la extinción del oso pardo mexicano. La caza indiscriminada, la destrucción de su hábitat debido a la expansión agrícola y la disminución de sus fuentes de alimento fueron las principales causas de su desaparición. Para la década de 1960, los registros de avistamientos eran cada vez más escasos, y en 1964 se le declaró oficialmente extinto.

La extinción del oso pardo mexicano es un recordatorio de los efectos que las actividades humanas pueden tener sobre la fauna silvestre. Su desaparición tuvo un impacto en la cadena alimenticia de su ecosistema, dejando un vacío difícil de llenar. Hoy en día, se busca generar conciencia sobre la conservación de especies en peligro de extinción para evitar que casos similares ocurran en el futuro. 

Aunque el oso pardo mexicano ya no habita nuestras tierras, su legado persiste en la memoria de los conservacionistas y en los esfuerzos actuales por proteger la biodiversidad de México.

 

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