• enero 31, 2025

RELATOS DE MONTAÑA IZTACCÍHUATL

Por Alice Hinojos

El Iztaccíhuatl es la primera montaña con la que inicie esta aventura de subir grandes cimas, recuerdo que la temperatura era -16 grados, migraña, vómito y pensé en nunca querer volver a experimentar esa sensación de dolor. Era 2016, practicaba escalada, y cuando decidí ir a subir este monumento de la naturaleza pensaba que solo por escalar en roca ya estaba preparada para hacer alta montaña, no podía estar más equivocada, es como creer que porque sabes nadar, ya sabes jugar waterpolo; en mi caso ambos deportes de montaña que aunque comparten habilidades, son totalmente diferentes.

Esta montaña, también conocida como la mujer dormida siendo la tercera más alta de México, con una altura de 5,215 m.s.n.m., cuenta con un glaciar en su panza el cual ya tiene bastante deterioro condenado a la extinción a causa del cambio climático, aun así, cuando es temporada de nieve, se pinta de blanco y se ve como la montaña más hermosa de México, a lado de su vecino el Popocatépetl. Existen varias rutas, pero la más común son los portillos, la cual inicia en los pies y termina en el pecho, en esta ruta se tienen dos opciones, ya sea dormir en la joya, en campamento base a las faldas de la montaña, o subir a campamento alto a la mitad de la montaña.
Al inicio del recorrido aún se puede ver un poco de fauna, no obstante, conforme avanzas, el terreno cambia a un escenario rocoso y arenoso, donde ya no crece nada, un poco desolado característico de montañas de gran elevación. Aunque es más pequeño en altura comparado con el Pico de Orizaba es más largo en distancia, lo cual lo hace un reto similar en dificultad, todo el recorrido son ascensos y descensos acompañados de unas vistas espectaculares a lado de las erupciones de humo que lanza el Popocatépetl, un camino largo y cansado, sin embargo, merece la pena recorrer.
En mi primer ascenso dormimos en La Joya, intentamos descansar a las 7 pm pero fue en vano, el dolor me reventaba la cabeza y la emoción no me dejaba dormir. 11 pm empezamos nuestro camino, mis pies son torpes por la falta de oxígeno, mi corazón se agita, la visibilidad es poca, mi cuerpo está cansado y no entiendo por qué, si apenas llevamos 2 horas, sentía como si llevara ahí toda la noche, y ante tanta oscuridad claramente no veía el fin. 4:30 am , llegamos al refugio, una pequeña construcción en medio de la montaña, con plataformas de madera para descansar, para este punto, yo estaba segura de 2 cosas, la primera que nunca había tenido tanto frío en la vida y la segunda, que ese no sería un día de cumbre para . David, mi hermano, siguió avanzando y yo regresé al refugio, donde por fin pude dormir de lo exhausta que me encontraba. Después de un par de horas volví a encontrarme con David, se veía agotado, pero contento, me contó del glaciar, de cómo se formaban figuras de hielo llamadas penitentes, de cómo después del glaciar aún faltaban una o dos horas para llegar a cumbre.
Volvimos a la joya, cansados, con los pantalones rotos de golpearlos con los crampones como los principiantes que éramos, ese día creí que nunca volvería porque genuinamente había sido una de las actividades más agotadoras que había hecho. Supongo que uno olvida el dolor y se queda solo con la emoción de que la cumbre es posible.

 

Después de un año regresamos, más preparados en todos los aspectos, no dormimos en campamento base, sino que adelantamos un poco el primer día con el objetivo de aclimatar mejor, y descansar y así fue, hacía viento y neblina, pero estába
mos listos, cruzamos el glaciar justo para el amanecer, el cielo naranja calentaba las mejillas y nos daba esperanza. Ese día hicimos cumbre, recuerdo que sollocé, tenía lágrimas y sentía un alivio en el pecho de todo el esfuerzo que se hizo para llegar a la cima. Es verdad eso que dicen “la montaña sana”. La primera de mis altas cumbres, será un recuerdo que me acompañará para toda la vida.
Nota del escritor: Si te interesa subir una montaña es importante informarte bien con guías capacitados, es una situación de riesgo y no debe tomarse a la ligera. Dentro de Chihuahua te recomendamos unirte a Club Alpino de Chihuahua para tu próximo ascenso.

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