CAÑONES DESCONOCIDOS EN CHIHUAHUA

Por: Gabriel Acosta de @GabrielExplora 

Una colorida exploración hacia sus alrededores 

Estar de pie frente a un camino que parece no tener fin, sintiendo la inmensidad y belleza del lugar, le roba un suspiro a cualquiera. 

Dentro de las sierras de Chihuahua existen sitios donde la paz y la biodiversidad se hacen presentes a diario; con el equipo necesario y la compañía correcta se tiene la oportunidad de visitar y cuidar de estas maravillas naturales. 

Es difícil saber la cantidad de cañones que se encuentran en el estado, que rodean sus ciudades y complementan los paisajes de sus pueblos. En ocasiones no es necesario explorar mucho, si se presta atención en la carretera o se fija la vista hacia los cerros, seguramente se alcanzará a distinguir las enormes entradas hacia estas formaciones naturales.  

Solo es cuestión de prepararse con suficiente agua, alguna botana que dé energía y unas cuantas horas del día para permitirse disfrutar de los bellos recorridos. 

Los chihuahuenses hemos sido exploradores por muchos años, nuestros antepasados recorrieron cada espacio de terreno en busca de agua, alimento y lugares seguros para usarse como refugio. Hoy en día la realidad es distinta, sin embargo, el gusto por lograr una conexión con la naturaleza aún perdura y este conocimiento de rutas por cañones, cerros o pastizales se ha ido compartiendo de generación en generación; haciendo cada vez más sencilla la oportunidad de salir y conocer espacios que jamás se pensó que se encuentran en el estado. 

Tu ruta de exploración 

Si nos adentramos a lo desconocido o conocido por pocas personas, la historia de nuestro origen se hace presente con impresionantes cuevas que se utilizaron o se usan como viviendas, con intensos colores y la abundancia de la flora -que se vuelve abrumadora al ser libre del ruido de las ciudades-, con la presencia de la calma con la que los animales siguen su camino, sabiendo que son quienes controlan el lugar.  

Todo esto hace de las rutas largas una verdadera experiencia y hoy en día es posible compartir: 

-Un desayuno en el Cañón Buen Día en Santa Eulalia. 

-Disfrutar de una larga caminata por los cañones de Risochi en Nonoava. 

-Dar un salto a la historia con las pinturas rupestres de Los Petrograbados en Samalayuca. 

-Sentir la altura desde el punto más elevado del estado desde el cerro Mohinora en Guadalupe y Calvo. 

-Explorar el Cañón de Candameña, donde se encuentran dos maravillas que comparten la característica de ser las más altas del país: la cascada Piedra Volada y la pared El Gigante, un reto para escaladores profesionales. 

Explorar una ruta por primera vez requiere de mucha responsabilidad, no todos los senderos son planos ni todas las piedras están fijas. La seguridad es primordial, ya que esta práctica es de riesgo y el equipo necesario puede salvar una vida. Lo recomendable es ir acompañado de alguna persona familiarizada con la zona, tengamos en mente que cada salida termina con el regreso a casa. 

Gracias a la existencia de grupos de senderistas es posible acceder a estas experiencias.  

La comunidad de amantes del deporte en la naturaleza cada vez es más grande, además la convivencia y la hermandad que se genera hacen que se tenga un momento de respiro, incluso de la depresión o la ansiedad. También el explorar da la oportunidad a que más gente comparta el conocimiento sobre lo que nos rodea. 

Los cañones de Chihuahua son el sendero de los ríos, testigos del verde de la sierra o el color cálido del desierto, así como hogar de miles de especies animales, sin duda un atractivo para cualquiera que sienta un vínculo de respeto hacia la naturaleza.