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  • mayo 19, 2024

HACIENDA DE ENCINILLAS 

La más grande hacienda del norte de México 

Así como en todo el país, Chihuahua cuenta con grandes expresiones arquitectónicas erigidas en el siglo XVIII, las cuales se vieron plasmadas en diversas tipologías, pero en especial en las denominadas “haciendas”. 

Las haciendas eran fincas con un alto valor arquitectónico, de gran tamaño y por lo regular con un núcleo de viviendas. Tenían un carácter de explotación latifundista, concibiendose además como poderosas factorías de diversos tipos de producción ganadera, vitivinícolas y por los procesos históricos del momento, reflejando además el ideal social de la nostalgia del campo por parte de las clases terratenientes. 

En el estado la colonización empezó en el siglo XVII, a partir de las exploraciones que iban hacia Nuevo México, así se conoció este territorio descubriendose el potencial que tenía para la minería y ganadería, de modo que la explotación de mina y construcción de haciendas fue paralelo.  

Una de las más prósperas fue la Hacienda de Encinillas, ubicada en el kilómetro 78 de la carretera Chihuahua-Juárez. Su misión inicial consistió en abastecer de carne el carnero y res al Real de San Francisco de Cuéllar, después transformada en la Villa de San Felipe de Real de Chihuahua.  

El primer dueño de lo que llegaría a ser la más grande hacienda del norte de México fue el capitán Don Benito Pérez de Rivera en 1678. El nombre de Encinillas se tomó de la vegetación predominante en la zona en ese momento. La Hacienda fue cambiando de dueños, paso por conspiradores, herederos, gobernadores y capitanes de la Nueva Vizcaya. Los últimos copropietarios fueron los señores Müller y Terrazas; posteriormente pasó a ser colonia.

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